Muchas familias están ya preparando la vuelta al
cole de los niños. Aunque durante algunas semanas se seguirá utilizando el
calzado y la ropa de verano, lo cierto es que muy pronto tendremos que comprar
los zapatos que acompañarán a los pequeños durante muchas, muchas horas.
Mi consejo principal es que le prestéis mucha
atención a esta tarea, que se los probéis con calma para aseguraros de que van
a estar verdaderamente cómodos. Lo ideal es que puedan alternar al menos
dos tipos de calzado distinto: un deportivo para las clases de gimnasia y los
días de más actividad física, y un buen zapato para evitar que el pie se
ensanche con el uso diario de las deportivas. Mucho ojo, recordad también, con
utilizar para el día a día calzado pensado para un uso totalmente puntual, como
las deportivas con ruedines que tanto revuelo causaron el año pasado, al igual
que otro calzado como, por ejemplo, las botas de fútbol sala.
Mucha atención también a la talla. Lo
comentábamos hace algunos meses en un seminario de podología infantil. El
calzado se queda pequeño con facilidad y hay que asegurarse de que el pie va
cómodo. A la hora de comprarlo, en los niños mayores, en los que crece el pie a
menor ritmo, conviene asegurarse de que podemos meter un dedo entre la parte
trasera del pie y el talón del zapato. En los niños más pequeños aconsejamos
dejar un margen de un centímetro y medio, puesto que el pie crece muy rápido. Además, es necesario que el pie tenga un cierto espacio, que exige el mismo gesto de caminar. Ahora os lo detallo.
Otro consejo que damos con frecuencia es que se
evite que los hermanos pequeños hereden calzado de los mayores, para que no
adquieran gestos particulares de la marcha, condicionados por el desgaste del
mayor. Siendo realistas, y en tiempos todavía difíciles para muchos, me
conformo con que comprueben que el calzado está en buen estado, y que no tiene
ninguna deformidad que pueda alterar la marcha del “heredero”.
Hay algunas marcas que trabajan el calzado
infantil especialmente, que no necesariamente son las que más invierten en
publicidad. Si alguien tiene interés especial en conocer mis preferencias,
preguntadme por Facebook o a través del correo electrónico y os cuento mi experiencia
como padre y podólogo sin ningún problema.
Si los padres observan alguna alteración al caminar,
si el niño se queja con frecuencia o se cae demasiado es importante realizar un
estudio de la marcha para detectar posibles alteraciones y establecer, si fuera
necesario, un tratamiento que le ayude a caminar con más estabilidad y
comodidad. Este es un buen momento para ello y, si fuera el caso, es importante
confeccionar las plantillas antes de comprar el calzado nuevo, para probarlo
con ellas antes de comprar el calzado y asegurarnos de que la adaptación va a
ser lo más fácil posible.
Como no quiero dejarme nada en el tintero, y mis
compañeros de la Comunidad Valenciana ya han pensado en ello, aquí os dejo el
decálogo que han preparado para que todos podáis tenerlos en cuenta a la hora
de comprar unos zapatos, como bien dicen, pensando en la salud de los pies de
los más pequeños. Estos son sus diez consejos, que comparto por completo:
1. Deben estar elaborados en materiales naturales
y flexibles, que ayuden a la transpiración y a la vez permitan libertad de
movimiento.
2. Deben ser ligeros y carecer de costuras
internas que puedan provocar roces. Es fundamental que presenten un buen acabado
interior porque de esta forma no causarán molestias al caminar.
3. Es aconsejable que presenten algún elemento de
sujeción como cordones, hebillas, velcros, etc., que impidan el movimiento
excesivo del zapato durante la marcha, así como el deslizamiento del pie hacia
delante. En el caso de que lleven lengüeta, como las deportivas, ésta debe ser
suave y almohadillada para distribuir de modo uniforme la presión sobre el
empeine.
4. El eje longitudinal de la suela del zapato, la
horma, debe ser lo más recto posible.
5. No es aconsejable el uso de botas de caña alta
en los niños. Es preferible el empleo de medias cañas ya que facilitan la
movilidad del tobillo.
6. Para evitar rozaduras y problemas en el tendón
de Aquiles, el talón debe esta reforzado y la caña del zapato estar acolchada.
7. La altura del tacón no debe pasar los 3-4 cm.
8. La suela debe ser flexible a la vez que
indeformable y antideslizante.
9. La puntera debe ser ancha y alta de forma que
se evite que los dedos queden encogidos dentro del calzado. La longitud del
zapato debe ser aproximadamente de 1 a 1,5 cm. superior a la longitud real del
pie, para permitir el deslizamiento y expansión que sufre el pie al andar y
cargar el peso corporal, así como para respetar su normal crecimiento,
evitándose de este modo alteraciones indeseables en el pie del niño.
10. No deben llevar ningún tipo de pieza estándar
(prolongaciones de tacones, arcos, cuñas, etc.), salvo que así se haya
prescrito por el profesional correspondiente. El uso de calzado incorrecto en
la edad infantil puede originar deformidades digitales, alteraciones ungueales
o, incluso alteraciones, de la marcha.
Con todo esto, os deseo una vuelta al cole ¡feliz
y saludable! Y ya sabéis, ante cualquier duda, consultad a vuestro podólogo.
¡Estoy a vuestra disposición!