25 de julio de 2018

¡Especialista en patomecánica del pie!

¡Ahora sí! Ya puedo decir que soy especialista en Patomecánica del pie y sus tratamientos ortopodológicos por la Universidad de Barcelona. Este mes de julio he terminado el curso de postgrado en este centro que inicié en octubre del año pasado y que, además, este año ha recibido el Sello de Excelencia de la universidad catalana.





Ha sido una experiencia absolutamente enriquecedora con un enfoque muy nuevo que ya está dando sus frutos en el día a día
La patómecánica es la aplicación de la biomecánica, que es la ciencia que estudia el movimiento humano, a las alteraciones de la marcha. Dentro de los tratamientos ortopodólogicos se incluyen plantillas, siliconas, y vendajes funcionales y neuromusculares, entre muchos otros.
Han sido unos meses muy intensos, con sesiones interesantísimas en las que se han tocado todos los temas: podología pediátrica, pie plano, pie cavo, marchas neurológicas, podología deportiva, y un larguísimo etc. con enfoques absolutamente completos.
Además, en todos los seminarios hemos contado con ponentes de primer nivel en el campo de la podología, pero también de otras especialidades que han enriquecido nuestra visión sobre todos los temas tratados: traumatólogos, fisioterapeutas, osteópatas, pediatras, y podiatras norteamericanos.
Poco a poco espero poder sacar tiempo para actualizar este blog con algunos de los muchos temas que hemos tratado. Este año ha sido totalmente imposible, pero espero poder recuperar el ritmo…
Como adelanto, os paso algunas fotos del último seminario, de la cena con compañeros y profesores y los podiatras de la escuela americana que impartieron la última sesión. Un broche de oro para un programa formativo a la altura de mis expectativas
Ya tengo en mis manos la gorra que me acredita como “patomécanico” y el título universitario. Y en mi mente, un cuerpo de conocimiento totalmente actualizado que espero que tanto a mí como a mis pacientes nos proporcione muchas satisfacciones. 



Estoy feliz de poder aplicar en mi consulta protocolos de exploración totalmente a la vanguardia que ya emplean nuestros colegas americanos y que han sido desarrollados en la Universidad de Filadelfia, a 160 kilómetros de Nueva York. Una curiosidad, justo la misma distancia que recorro cada semana de Torrejón de Ardoz a Herencia, y al revés. ¡Ya es casualidad!
¡Que tengáis el mejor verano! 
















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